La Selección nos invita a soñar.

Podemos, claro que sí. Y es que, tras lo visto en el partido del miércoles ante Rusia, el lema de Cuatro en esta Eurocopa se antoja más que probable para los pupilos de Luis Aragonés, que el pasado día 10 disfrutaron de lo lindo haciendo lo que saben hacer, jugar al fútbol.
Nuestra selección venció por un humillante 4-1 a una Rusia que no encontró antídoto a las bajas de Arshavin y Pogrebnyak, imprescindibles para Hiddink. De todos modos, 'La Roja' desplegó un gran juego ante el que nada hubieran podido hacer las dos estrellas rusas.
El partido comenzó según lo previsto: España dominaba, aunque Rusia no perdía la posesión tan fácilmente como se esperaba, y llegó a inquietar en algún momento puntual a Casillas, que blocaba todos los balones con seguridad. La defensa parecía funcionar correctamente, y, de mediocampo para delante, España fue un vendaval: Xavi y Senna dirigían y cortaban el juego de sus rivales, Silva e Iniesta, algo descentrado en los primeros diez minutos, se internaban por la banda como puñales, y Villa y Torres, muy activos en todo momento, avisaban al portero ruso con buenos disparos. Así, y tras una jugada peligrosa en la que los de Hiddink estuvieron a punto de abrir el marcador, 'El Niño' recibía en la medular, driblaba al defensa ruso por velocidad y servía al 'Guaje' para que éste empujara el balón al fondo de las mallas. 1-0, y primer gol de los nuestros en la Eurocopa que demuestra que, cuando ambos arietes conectan, son prácticamente imparables.
Entonces llegó la reacción de los rusos, que estuvieron a punto de establecer las tablas en el electrónico un minuto después, cuando Sychev estrellaba el balón en el palo tras una bonita jugada de los suyos, que triangularon perfectamente ante la presión de sus rivales. Sin embargo, 'La Roja' no perdió la cara al partido, y continuó generando ocasiones frente a la meta de Afinkeev, la mayoría de ellas al contraataque. Y, en una de éstas, Iniesta envía un pase magistral desde el pico del área a Villa, que sólo tiene que definir ante el guardameta.
Todo era alegría, y los jugadores se retiraban a los vestuarios con el 2-0 que reflejaba la superioridad española en los primeros 45 minutos. Además, los aficionados que se dieron cita en la ciudad de Innsbruck disfrutaban viendo jugar a su equipo mucho tiempo después.

Tras el descanso, Hiddink da entrada a Bystrov y Torbinski con el objetivo de ganar en rapidez y profundidad e intentar recortar diferencias. Pero la salida a la cancha de los dos rapidísimos rusos no mejora nada el juego de su selección, que ahora sí toca un poco más en media cancha y mantiene con facilidad el esférico, cosa que no se transforma en acercamientos con peligro a la meta de Casillas, muy seguro en sus escasas intervenciones. Los rusos parecían descentrados, y sólo Pavlyuchenko y Zhirkov daban señales de vida, aunque éstas no servían de nada, ya que necesitaban la colaboración de sus compañeros. Una colaboración que no llegó en ningún momento, por lo que España recuperó débilmente la posesión del balón y, en una de sus peligrosísimas contras, Villa hacía el tercero, que suponía su primer 'hat trick' con la selección.
El asturiano corre hacia el banquillo y celebra su gol con Fernando Torres, inexplicablemente sustituido en el minuto 54 y decepcionado por marcharse sin 'mojar' un partido más.
A partir de ahí, los nuestros se relajaron, y entregaron definitivamente la posesión del esférico a los de Hiddink que, a cinco minutos de la conclusión, en uno de sus reiterados acercamientos a la portería defendida por Iker y a la salida de un córner, recortan diferencias por medio de Pavlyuchenko, que obtiene de esa forma el premio al trabajo realizado durante todo el partido.
Pero las cosas no iban a quedar así, y, tras una espectacular volea de Xavi que rechaza Afinkeev, Cesc se lanza en plancha para lograr su primer tanto con 'La Roja' y devolver a los de Aragonés la ventaja de tres goles con que finalizó el encuentro.

Así las cosas, 4-1, y a disfrutar de nuevo el sábado frente a Suecia.