Nueva conquista.

Gana en cualquier superficie. Sin duda, está imparable. Después de su épico triunfo en Wimbledon, del que no pudimos informar, Rafael Nadal se ha impuesto en el TMS de Toronto tras barrer en la final a Nicolas Kiefer por 6-3 y 6-2 en apenas hora y media.

Durante la primera manga, el manacorí se mostró muy resolutivo ya que aprovechó perfectamente las oportunidades de quiebre que cedió el tenista alemán. Por lo demás, no dio muestras de debilidad con su servicio y dominó desde el fondo de la pista, anotándose el parcial en cuarenta minutos.

Y en el segundo parcial, pese a la voluntad del renacido teutón, que no ve un título desde hace
ocho años, el balear forzó la máquina cuando fue necesario y no tuvo dificultades para arrebatar el servicio a su oponente y poner la puntilla al encuentro en el que conseguía su segundo triunfo en tierras canadienses después de su triunfo en 2005, cuando derrotó a André Agassi en tres sets.

Con este triunfo, el español suma veintinueve triunfos y cinco torneos consecutivos (Hamburgo, Roland Garros, Queen´s, Wimbledon y Toronto). Este triunfo supone un paso de gigante hacia el primer escalón de la clasificación ATP, ya que, tras la eliminación del ocupante del puesto, Roger Federer, a manos de Gilles Simon en segunda ronda, Nadal podría desbancar al helvético si gana en Cincinnati y éste no pasa de semifinales. Esta semana, la resolución.